6 mar 2013

Hell on Weels, el piloto y luego tópicos


Cuántas veces habrá pasado ya en la historia de las series de televisión. Ves el primer capítulo, el denominado "piloto", te atrae la trama, los personajes, los actores, la fotografía, incluso la banda sonora y piensas: "si no la fastidian mucho, podemos estar ante una muy buena serie". Pues nada, no te hacen caso, y lo que prometía mucho se quedo en una colección de tópicos. Pero vamos con el análisis detalladito... que hasta las series mediocres se merecen una buena disección.

Comencemos (comenzóns) Hell on Weels nos sitúa en la América de posguerra (espera, que éstos americanos son muy belicosos ¿Qué posguerra? la suya, guerra civil, Norte vs. Sur... ¿ya?) En la piel de Cullen Bohannon (Anson Mount) un soldado confederado que busca venganza por la pérdida de su familia, mientras él luchaba en el frente (tópicazo nº 1). La búsqueda de venganza le lleva a "Hell on Weels" (Infierno sobre ruedas, título en España de la serie) un poblado itinerante que sigue la construcción del ferrocarril que cruzará Estados Unidos de costa a costa.

En dicho poblado se encuentran el resto de personajes de la serie: el negro-ex-exclavo-recién-emancipado Elam (interpretado, más bien "perpetrado", por Common) la chica guapa, que al principio parece desvalida pero luego se las arregla bastante bien: Lily Bell (Dominique McElligott) y el dueño de la empresa que sigue a pie de obra la evolución de la construcción que es un malo muy maloso pero no tan malo en el fondo Thomas Duran (Colm Meaney). (tópicazo nº 2: personajes)

Como veis, todo personajes ya muy definidos, completamente planos y que apenas evolucionan nada en los 11 capítulos que dura la primera temporada de la serie. Son personajes clásicos de cualquier drama, bidimensionales, cuyas únicas variaciones son episódicas, cumpliendo la máxima de las comedias "al final del capítulo, todo volverá a ser como lo era al principio". la trama se sucede como una espera, entre diálogos, a que nos sean revelados más secretos del pasado de Bohannon y sus motivaciones para la venganza. Para ello se usan flashbacks (tópicazo nº 3), pocos eso si, lo que es de agradecer, y la propia narración del personaje a unos compañeros, que en el mejor de los casos parecen entre ligeramente sorprendidos e indiferentes por la barbarie que narra su historia, lo cual resta credibilidad al conjunto. Pese a que el trabajo de los actores es, en general, correcto y en algún caso destacable (Colm Meaney se come en cada escena a su compañero) el material sobre el que trabajan, ni es Shakespeare ni un diálogo de Aaron Sorkin, por lo que destacan aún más sus limitaciones, tanto en expresividad física como en la "transmisión emotiva" de sus pensamientos. Cómo ejemplo de ésto último está Common, quien quizá tenga el personaje más interesante y diferente de la serie, que acaba fusilado por un actor bastante mediocre tirando a malo.
Las tramas secundarias no suponen una variación de la mediocridad general del guión, tanto la construcción del ferrocarril, incluyendo el papel de la rubia Lily Bell cómo clave del trazado, como las apariciones de los "salvajes", las tensiones raciales con los esclavos recién liberados (tópicazo nº 4), incluso las prostitutas que podían aportar alguna frescura cómica al guión, son completamente insulsas. No logran ayudar a que la trama principal se sustente en esa época, ni a fijar en el western el género de la serie. Sólo son un relleno para que los 50 minutos de cada capítulo no se vean ocupados por la sed de venganza. Por lo que se podría trasladar la trama principal a cualquier contexto histórico sin que resultara extraña, tanto en la Roma clásica como en la Europa renacentista...

El apartado técnico es harina de otro costal, la cadena productora (amc culpable de la genial Breaking Bad) tiró la casa por la ventana en producción (tanto como no lo hizo con el guión). Rodada en su mayoría en exteriores, en las praderas norteamericanas, espectaculares de por sí, con una muy elegante y correcta fotografía, sin ningún exceso tipo Breaking Bad (no procede, lo que aúna le puede quedar bien, a otra le puede sobrar) un estilo de cámara muy natural, siguiendo la trama sin locuras ni movimientos espasmódicos tipo video-clip. La banda sonora sigue a los actores en su mediocridad, un par de "homenajes" a Moricone (espero que sean homenajes y que no sean sólo burdas copias con la idea: "es un western, fusilemos a Leone y Moricone") El resto es música convencional de serie dramática, con toques sureños por "lo del western", pero poco más. De lo malo no estropea ninguna escena (ya de por sí flojas).

En resumen: una de tantas series que presentaba una trama interesante y unos actores capaces de sacarla a delante, pero que a partir del tercer capítulo llevan por la calle de los tópicos una producción muy buena, completa decepción, y otra serie a la que sólo le daré otra temporada más antes de quedar completamente descartada. Estáis avisados 

Nota: 2 sobre 5