29 ago 2012

Temporada 1 The Newsroom

HBO+Sorkin ¿qué más se podía pedir a una serie? Quizá otros 14 capítulos, pero bueno, es la duración standart para una serie "de verano".

Comienza como lo debe hacer una buena serie: atrapándote o bien con una trama que te haga pensar "¿Qué pasará ahora a partir de aquí?" o bien "Quiero saber más de éste personaje". The Newsroom lo hace con el segundo tipo, nos sitúa en una coferencia para una universidad, tres periodistas dando su opinion, debatiendo y respondiendo a preguntas de estudiantes sobre la situación política en USA. Pero una pregunta: "¿Por que cree que Estados Unidos es el mejor país del mundo?" [trailer en Youtube] Dispara la reacción de nuestro personaje favorito Will McAvoy (Jeff Bridges)  dandonos en 5 minutos casi todos los matices de la personalidad del protagonista, en un monólogo acerca de la grandeza perdida de los USA. Tema bastante recurrente, por cierto en la otra gran obra del creador Aaron Sorkin: El Ala Oeste (EAOCB a partir de ahora).

La trama se desarrolla en la redacción de un noticiero en prime time estadounidense, en el escenario perpétuo que es Nueva York, para casi cualquier serie de TV. Tras el acontecimiento inicial, se inician una serie de cambios en cascada, en la vida, sobre todo laboral del presentador McAvoy. Desde tener que admitir a una nueva productora MacKenzie "Mac" McHale (Emily Mortimer) hasta aceptar con un nuevo concepto de noticiario "2.0" que rompe con la calidad y estándares del show-busines incrementando el nivel moral del mismo, vamos puro Sorkin.


Basándose en hechos reales ocurridos de hace un par de años hasta hoy, cómo la crisis económica actual, la catástrofe de la plataforma petrolífera en el Golfo de México, etc... Sorkin vuelve a pontificar, si en EAOCB lo hacía sobre cómo un político debe trabajar, en The Newsroom lo hace sobre el funcionamiento del periodismo actual, de cómo una noticia no es tal hasta que no cumple una serie de requisitos, de cómo un periodista ha de alejarse del amarillismo en búsqueda de una primicia, y de cómo puede un periodista ser parcial en su opinión, no ocultarlo y a la vez tratar con únicamente la verdad al ofrecer al público una noticia.
Will McAvoy y debajo con su equipo.

Más que moralista, es sorkiniana a tope, con sermones morales sobre la profesión de periodista y enseña demasiado la inclinación demócrata de su autor. En EAOCB el protagonista era un equipo ejecutivo demócrata en una casa blanca gobernada por demócratas durante, al menos, 3 legislaturas. Quienes daban su visión de la política, tanto interior como exterior. Con constantes demonizaciones hacia los republicanos. En The Newsroom, se centran sobre todo, en "quitar la máscara" al Tea Party, una sección del partido republicano, quienes el presentador McAvoy, republicano también, presenta como una serie de muñecos de trapo puestos en el poder por las corporaciones.
Constantemente arrancar sermones idealistas sobre cómo ha de funcionar el periodismo de verdad, referencias a quizá el más grande periodista americano de todos los tiempos: Murrow. Y críticas a quienes hacien un periodismo amarillista, sensacionalista e incluso rosa.

Personajes bien definidos desde el primer capítulo, quizá un poco encasillados, desde el trepa oficial, hasta la rubita novata, pasando por el jefe comprensivo, muy del estilo del gran Leo McGarry (John Spencer) de EAOCB... Pero que hacen funcionar en conjunto y sobre todo, hacen fluido uno de los grandes recursos de Sorkin, las charlas de pasillo, a toda velocidad con un lenguaje muy elaborado y sin tartamudear ni una sola vez. Sencillamente: buena tele.

Valoración general:  9 sobre 10, en serio, es cuasi perfecta en cada uno de los aspectos y el conjunto funciona extraordinariamente bien, y sobre todo: tiene ritmo, algo que resulta fundamental, tratándose de un producto televisivo basado en el funcionamiento de la televisión. Constantemente tienes la sensación de que las cosas no avanzan nada hasta que la cadena de acontecimientos se dispara. Lo que da una sensación de velocidad, de agobio por la entrega de la noticia añadido a las tensas esperas para el desencadenante que son dignas de agradecer. Ya se cansa uno del monótono, por repetitivo, ritmo lento-rapido-lento-lento-final grandioso de la mayoría de las series de hoy en día.

26 ago 2012

Buena suerte Mr Gorsky

Neil Armstrong- Primer hombre en pisar otro mundo.
Éste post es un homenaje al primer hombre, el primero de nuestra especie en caminar sobre otro mundo: Neil Armstrong. Y lo haré contando una historia, seguramente apócrifa sobre Mr Gorsky, porque ya todo el mundo será bombardeado hasta la saciedad con documentales, telediarios y reportajes especiales sobre su figura, obra y milagros. Pero aquí en esta mi, que no vuestra, casa, las cosas se hacen como yo diga, y hoy digo que se hagan con humor, así que: vamos al lío.
Tripulación del Apollo 11: Collins, Armstrong y Aldring
Ya todos sabemos la historia: que si a Kenedy se le puso en los cojones en un discurso del Estado de la Unión, poner a un americano, en menos de 10 años en la luna, que si el Apollo 11, que si patatín, patatán, el caso es que llegan Armstrong y sus dos compinches, a la luna, bueno no, los 3 no, a Collins le dijeron que no bebiese que el coche a casa lo llevaba él, además de dejarle encerrado en el orbitador. Bueno el caso es que aterrizan, y Armstrong dice aquello tan bonito de un gran paso para.... bueno esa mierda, pero justo después remata la famosa frase con un misterioso y enigmático: "Buena suerte Mr Gorsky".

En el centro de control de misiones espaciales en Houston, los técnicos de la NASA se mirarían atónitos durante días, la frase estaba fuera de su guión preestablecido, el rurmor se disparó, y durante décadas a Neil le preguntaron por el significado de la misma, las especulaciones iban desde un saludo en clave a algún cosmonauta ruso, a achacarlo a problemas de consciencia debidos a la microgravedad sufrida durante el viaje.
Descenso del Módulo Lunar de un astronauta
En 1995 tras mucho guardar el secreto y preguntado una vez más, Neil nos desveló el misterio, ya que el señor Gorsky ya estaba muerto y no afectaría a nadie su historia: siendo Neil un niño, celebrando el 4 de Julio en casa de sus padres con sus amiguitos y familiares, tras el desfile estaban jugando un partido de baseball, en el que en un momento dado, la pelota acabó bajo la ventana de sus vecinos los Sres Gorsky, a Neil le tocó la ley de la botella (el que la tira va por ella) y tras saltar la valla, y cojer la pelota, disponiendose a continuar con la partida pudo oir pefectamente a la señora Gorsky gritar:
-¡Sexo oral! ¿Quieres sexo oral? ¡Lo tendrás cuándo el niño de los Armstrong pise la luna!
Por tanto esperemos que todo le haya ido bien al Sr Gorsky aquel 21 de julio de 1969.

25 ago 2012

La Curiosity que nos llevó a Marte.

El "rover" Curiosity está muy lejos, bueno comparado con las Voyager no tanto, de casa. Está muy sola, a penas una docena de artefactos humanos pueblan el mismo planeta. A Marte la mandamos, a Marte, una mochila con un par de bocatas, algo de literatura para que no se aburra, y venga, a conquistar otros mundos. El ingenio humano ya es capaz de enviar emisarios a otros mundos, imaginar por un momento la situación al revés: soy unos marcianos, y una civilización "extramarciana" envía un artefácto mecánico que con un láser, si amigos hemos mandado un tirachinas a otro planeta, destruye rocas: Por fin la especie humana da miedo a nivel interplanetario.

Representación de la sonda Curiosity
Lo terrible no es para los marcianos, que poco más o menos ya están acostumbrados a nuestros robots dejando huellas por su superficie, o los venusianos, que hace unos años se estuvieron riendo a mandíbula batiente de nuestros intentos por que nuestros robotijos sobrevivieran más allá de una hora en la superficie de nuestro "malvado" planeta gemelo. Lo terrible, como venía diciendo, es que además de enviar el trasto más grande que nunca hemos enviado a otro planeta, y con diferencia (pesa más que el buggy con el que los americanos hicieron el indio por la luna, y sigue ahí aparcado, verás tu el ticket de la O.R.A) Hemos probado una nueva forma de aterrizaje bastante compleja, poco sencilla para lo que se busca siempre en la ingeniería espacial, pero si que efectiva, no solo en Marte, si no en cualquier otro cuerpo planetario que queramos "invadir" a partir de ahora.

Pero comencemos por el principio de éste fabuloso viaje. Curiosity no fue creada, ni fabricada, ni siquiera ensamblada en Marte, eso hubiese sido muy caro y un poco absurdo si la podíamos montar allí no nos hubiese hecho falta... Bueno el caso es que una vez creada la Curiosity, había que mandarla a Marte, para eso los humanos (concretamente los humanos americanos "dueños" del proyecto) colocaron a la sonda marciana en un cohete chulo, de nombre aún más chulo: Atlas V (V del romano cinco, no que tenga un motor en V, eso lo dejaremos para los coches de La Tierra, de momento) hace ya unos meses, en concreto el día 26 de Noviembre de 2011. Y ya supondréis que no iba precisamente "despacio", así que calcular lo lejos que queda Marte si se tarda tiempo yendo a velocidad "echando virutas" desde La Tierra (y si que iba despacio, comparado con la velocidad próxima a 'c' que tendremos que alcanzar para viajes a otros sistemas solares).
Despegue del cohete Atlas V

Después de 9 meses navegando hacia Marte, esquivando pedruscos interplanetarios, aguantando la radiación solar y rezando para que ninguna proyección de masa coronaria acabase friéndole los circuito, llega lo difícil. Si amigos, lo fácil fue su lanzamiento y ponerlo más o menos a salvo en órbita en otro planeta, eso lo tenemos relativamente dominado, de vez en cuando hacemos cálculos en sistema imperial y programamos en sistema internacional... pero, las que menos. Lo peliagudo es hacer que algo aterrice sobre Marte, no por marte en sí, si no por lo complicado que es hacer aterrizar algo en un planeta, y más en el caso de Curiosity, donde probamos el método "Vamos a complicar la vida un poco". Normalmente se introducía al bicho en la atmósfera, se abrían unos paracaídas para frenar un poco la velocidad de empotre contra el suelo, y a una altura no muy elevada se inflaban unos air bags para amortirguar el leñazo que el bicho se iba a dar contra el suelo, era la solución "elegante" en términos de vuelo espacial, lo más sencillo suele ser lo más fiable. Pero Curiosity ha abierto un nuevo paradigma, utilizando un método que a mi me gusta llamar "La grúa alienígena".

Secuencia de llega de Curiosity a Marte


Secuencia de amartizaje: El módulo que contiene a la grúa y la sonda en si, se desprenderá de la nave que los llevó hasta Marte, una vez en la atmósfera desplegará un paracaídas, se desprenderá del paracaídas y la cubierta a la que éste va sujeto, encenderá unos retro-cohetes que primero estabilizarán la velocidad, luego a una aceleración constante irán frenando el conjunto, para luego "detener" la caída, mientras la sonda, con un sistema de cables desciende hasta tocar tierra, una vez asegurado el amartizaje, los cohetes seguirán funcionando para mandar a tomar por saco la "grúa" y que no moleste para el resto de la misión.

En siguientes capítulos os contaré qué demonios hace allí y por qué andamos amenazando con un "láser" a los pobres marcianos. Y por qué más misiones como estas son fundamentales para la supervivencia de la raza humana, aunque sólo sea para gastar dinero en ellas y no en armas.